viernes, 25 de julio de 2014
Cuentos para pensar...
Después del Mundial, un futbolista llegó a su entrenador con un problema:
-Estoy aquí, entrenador, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy muy tonto, muy idiota y demasiado humilde.No sé que hacer... ¿Cómo puedo mejorar?¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El entrenador, sin mirarlo, le dijo :
-Ahora no puedo ayudarte, me gustaría hacerlo. Pero estoy demasiado ocupado con mis problemas como para ayudarte...
Y haciendo una pausa dijo:
Hagamos un trato, si tu me ayudas y puedo resolver mi problema, quizás pueda ayudarte a resolver el tuyo.
- Claro, entrenador, murmuró el joven.
Pero se sintió otra vez desvalorizado.
El entrenador se sacó un anillo que llevaba en el dedo pequeño, se lo dio y le dijo:
Vete a las Ramblas... Debes vender este anillo porque tengo que pagar una deuda.
Es preciso que obtengas por él el máximo posible, pero no aceptes menos de 100 euros.
Vete y vuelve con el dinero antes de que anochezca...
El joven futbolista cogió el anillo y se fue hacia el centro de la ciudad. Cuando llegó a las Ramblas empezó a ofrecer el anillo a todos los transeuntes. Los turistas alemanes de reían de él, algunos lo miraban con algún interés, atendiendo al joven cuando decía cuanto pretendía por el anillo.Cuando decía que 100 euros, algunos reían, otros se apartaban sin mirarlo.
Solamente un turista fue amable de explicarle que 100 euros era mucho valor para comprar un anillo.
Algunos viendo su desesperacion, intentaron ayudarlo, llegaron a ofrecerle 25 euros y una cocacola, pero él seguía las instrucciones de no aceptar menos de 100 euros y rechazaba las ofertas,
Después de ofrecerlo a todos los que pasaban por las Ramblas, y abatido por el fracaso, montó en metro y regresó.
El joven deseaba tener el dinero para comprar el mismo el anillo, librando de la preocupación a su entrenador pudiendo así recibir su ayuda y consejos.
Entró en el club y dijo:
Entrenador, lo siento mucho, pero es imposible conseguir lo que me pidió.
Quizás puedo venderlo por 25 ó 30 euros, pero no creo que se pueda engañar a nadie sobre el valor del anillo.
Es muy curioso lo que me dices, le contestó sonriente.
Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. Primero debemos saber el valor del anillo.
Quiero que vuelvas a coger el metro y vas a ver al joyero de la Rambla.
Dime tu, ¿Quien mejor para saber su valor exacto?
Pero no importa cuanto te ofrezca, no lo vendas. Traemelo aquí de vuelta.
Asi que se fue a ver al joyero y le dio el anillo para que lo examinara.
El joyero experimentado, lo examinó detenidamente con una lupa, lo pesó, lo midio y le dijo:
-Dile a tu entrenador de mi parte, que si lo quiere vender ahora no puedo darle más de 7.000 euros.
-7000 euros!, exclamó el joven.
-Si, contestó el joyero, y creo que con el tiempo podría ofrecer cerca de 9.900 euros, pero si la venta es urgente...
Esta vez, ni siquiera volvio en metro, volvió corriendo al club para contarle lo ocurrido al entrenador.
-Tu eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Solamente puede ser valorada por un especialista.
-Pensabas que cualquiera podía descubrir su verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a colocarse su anillo en el dedo.
Él es como esta joya, no todos podemos ser capacez de juzgarlo.Los mismos que hoy te critican, serán mañana los primeros en elogiarte.
También todos somos como esta joya.Valiosos y únicos. Sin embargo, andamos por todos los mercados de la vida pretendiendo que personas inexpertas nos valoren.
¡ÁNIMOS MESSI!
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